Correo electrónico a un amigo del alma:

A manera de síntesis y luego de todos estos días tan intensos

Guardo este fin de semana como un tesoro preciado, como sucesión de hechos increíbles que pueden confundirse con algo de magia, con un épico sabor que bien podrían confundirse con la epopeya. ¿Cómo es posible? Tanta vida, tanta vida contagiosa, tantas emociones compartidas con almas queridas, con aquellos seres identificables por su errancia (cosa que me hermana) con amigos de ayer y de hoy, confundimos y seguimos escribiendo historia. Historia que va entretejiendo tu trama con la mía y así creamos este retazo que me da esperanza de estar emparchando, aunque más no sea, este escenario vívido que llamamos mundo y que no me conforma.
Gracias, vida por las lágrimas de este fin de semana que delataron emociones tan dispares. Lágrimas formadas con piscas de algarabía, orgullo, admiración, alegría, plenitud, coraje, cansancio, euforia, sueños, deseos, ansias… ¡NO!...esta vez no logro aliarme con las palabras.
Gracias vida por aquel abrazo, síntesis que abrió los pechos en el latir de los corazones en única exclamación: “puta que vale la pena”
Gracias por venir.
Gracias.
La vida pareciera más fácil en penumbras, pero no es cierto. La verdad es al Giorno… el “aletheia” (concepto de verdad según Aristóteles, después Don Martin Heidegger se encargará de complicarlo jaajja) es en si el fundamento de esta existencia. Ahora comprendo que no es “develar”, “desocultar”, es necesario iluminarlo todo, disipar las sombras con la sola luz, aunque duela.
Gracias Fer por ese manifiesto: “Luz al giorno”. Ahora nos queda la aventura diaria de encontrarnos con nosotros mismos aunque nos volvamos a perder.