Y miraba pasar viejas imágenes prisioneras que deseaban gritar con fuerza, mostrándose a sus antojos, mientras el cigarrillo se consumía solitario en el cenicero. La gente hace el amor por telepatía, repetía la canción que no paraba de sonar inundando los espectros sonoros pese al fantasma. Alguna vez soñé con duendes, con fascinantes hechizos que devolvieran la vida a todos los personajes encerrados en relatos pobres y a veces tristes como la tristeza caprichosa de un niño.
¿Por donde sigue este laberinto que por momentos me gana y me pierde? Vivir buscando salidas no sin deseo de atajos prontos y sencillos es lo que se nos adosa al entrar en sus caminos.
Maldita piedad que me hace querer algo mejor sin merecer.
Detesto las madrugadas de domingo que me invitan al desvelo silencioso. Madrugada que me permiten escuchar los susurros de las paredes frías delatoras de secretos antiguos y nuevos.
Hoy el día se presenta despojado de ilusiones, sueños y deseos impulsivos. Hoy la mañana es simple, lozana, sencilla. Hoy bajaré y tal vez compre ese diario que nunca me tiene como lector por no ser a fin a sus ideas políticas o al diseño o al tamaño… hoy tal vez tome infusiones de coraje mientras las agujas del minutero se confunden con los segundos raudos.
Hoy tal vez un disparo de suerte cambie ciertas monotonías acostumbradas en novedad o en graciosa jornada sin defecto, mientras pasan ciertas imágenes gritando silenciosas.
¿Por donde sigue este laberinto que por momentos me gana y me pierde? Vivir buscando salidas no sin deseo de atajos prontos y sencillos es lo que se nos adosa al entrar en sus caminos.
Maldita piedad que me hace querer algo mejor sin merecer.
Detesto las madrugadas de domingo que me invitan al desvelo silencioso. Madrugada que me permiten escuchar los susurros de las paredes frías delatoras de secretos antiguos y nuevos.
Hoy el día se presenta despojado de ilusiones, sueños y deseos impulsivos. Hoy la mañana es simple, lozana, sencilla. Hoy bajaré y tal vez compre ese diario que nunca me tiene como lector por no ser a fin a sus ideas políticas o al diseño o al tamaño… hoy tal vez tome infusiones de coraje mientras las agujas del minutero se confunden con los segundos raudos.
Hoy tal vez un disparo de suerte cambie ciertas monotonías acostumbradas en novedad o en graciosa jornada sin defecto, mientras pasan ciertas imágenes gritando silenciosas.
4 comentarios:
Y... el tema del diario es simple, compras mucho Clarín jajaja
Esta lindo el post, a mi tampoco me gustan los domingos
La verdad es que este tipo de madrugadas no frecuento amenudo...
son especiales para quedarnos en la cama acurrucado con alguien o simplemente dormir babeando la almohada...
Pero el dilema del diario no se asemeja al problema de adivinar los antojos de un nene que te pide un caramelo fuccia...
muy buena entrada :)
Muy bien descripto, te sigo leyendo, Fran.
Y yo detestando las madrugadas con insomnio que he vivido tres noches!!!
Abrazos!!!
Tal vez ese disparo de suerte me lo tengas que contar ;)
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