sábado, 1 de noviembre de 2008

Paraguas

El silencio delataba su presencia, a medida que el tiempo transcurría como devenir implacable, sentía el ahogo que lograba su proximidad.
Dejame un espacio para mí, necesito que me dejes algo de espacio, dije al borde de la desesperación al sentirme invadido.
Sus oídos fueron sordos a mis ruegos. Indiferente, con aire de soberana indiferencia, siguió avanzando y tomándolo todo. Se hizo la dueña de mi espacio y de me aparente paz.
Bien sabía que mis palabras serían vanas, pero necesitaba intentarlo, quedaba en mí la ilusión de convencerla, pero todo, absolutamente todo fue en vano. No escuchó, no se apiadó, no tuvo en cuenta ruegos ni amenazas, avanzó sobre mi vida implacable y velozmente. La sombra fue cubriéndolo todo, tiñéndolo todo, adueñándose de todo sin remedio, inexorablemente.
Cascadas de agua aguardaban caer por las paredes mientras la humedad era ahora la nueva inquilina de mi departamento invitándome a llorar paraguas.

3 comentarios:

Pao dijo...

Ahora entiendo todo...mi vida.
Si no nos hubieras contado todo anoche, leía este post y me parecía de lo más literario...pero es REAL...fucking goteras.
Besos,

Pao

PD: Aguardamos la reseña de la marcha de anoche.

El Humanista dijo...

jajjajajaa

si Pao es REAL, absolutamente real jajajajajaj terriblemente real y húmedamente real jajajaj

todavia no escribí nada de ayer, estoy decantando, pero prometo no dilatar la cosa

Dago dC... dijo...

Gran demostración de que el arte y la literatura son inagotables, si hasta de una mancha de humedad se puede hacer poesía... Ja! Besos!

Powered By Blogger