Quejarnos por el cambio de horario es algo similar a la queja que nos produce el día nublado o a la temperatura. Que buen día para hacer un asado.
Pero el tema es que por un día uno anda desacomodado. Esta vez nos fue mejor. Me levanté a las ocho como todos los días (mi reloj perruno prescinde de la hora oficial argentina) pero este día no son las ocho, son las siete……… la puta me levanté mas temprano que nunca. Pero hace unos meses, me levanté tarde. A ver. En realidad ya estoy acostumbrado a perder cosas por el camino y casi no lamentarme, también estoy acostumbrado que el gobierno no me cuide, sino que se encargue de exprimirme, que el impuesto, que la multa, que la ley, que lo que sea y lo que venga, como un padre distante pero con los ojos puestos en la nuca y que me dicta como se hace, como se debería…. Porque en esta casa se come a las nueve estés o no estés. Esos son los precios que pagamos por vivir en la civitas, ese es el precio del animal político.
Ahora bien. El tema que me aqueja es el siguiente queridos amigos cibernautas errantes entre los usos horarios. En un mundo globalizado, el cambio de horario nos jode la vida práctica.
Cuando éramos solo una aldea, entre algunos nos poníamos de acuerdo y ahí estaba todo definido. El foráneo no tenía más que adaptarse a los usos y costumbres, el forastero se adaptaba o la frase de western decretaba, este pueblo es demasiado chico para ambos. (si bien el mundo a veces nos puede parecer chico, ni hablar los astrónomos lo que deben sentir de este planeta baladí, siempre dicho desde la comparación de planetas más grandes y con fenómenos realmente interesantes, “mais ce n'est pas ma profession”) y aquí radica este problema sin mas. La aldea globalizada corre con ciertas ventajas y con ciertas desventajas, la aldea globalizada no puede echar al forastero del pueblo porque ya lo abarcó todo, no queda mundo, no queda espacio, no queda resto….. claro….
¿Me hincha las pelotas?
Con un día nos acostumbramos a los cambios. Con un día salvamos la hora. Que increíbles somos jaja
Pero me producen malestar ciertos cambios. Me molestan los cambios.
Ahora con los queridos amigos de España por ejemplo tendremos +4 hs de diferencia, pero ustedes no se salvan de cambia las manecillas de reloj porque el 30 lo harán ustedes +5 y así, ahora confundiremos la hora del té con la hora de la comida.
Esto es por ahorrar en recursos naturales, está bien. No estoy en desacuerdo………………….. pero por favor. Acá en argentina pongámonos de acuerdo.
Alguien ¿me dice la hora?
Pero el tema es que por un día uno anda desacomodado. Esta vez nos fue mejor. Me levanté a las ocho como todos los días (mi reloj perruno prescinde de la hora oficial argentina) pero este día no son las ocho, son las siete……… la puta me levanté mas temprano que nunca. Pero hace unos meses, me levanté tarde. A ver. En realidad ya estoy acostumbrado a perder cosas por el camino y casi no lamentarme, también estoy acostumbrado que el gobierno no me cuide, sino que se encargue de exprimirme, que el impuesto, que la multa, que la ley, que lo que sea y lo que venga, como un padre distante pero con los ojos puestos en la nuca y que me dicta como se hace, como se debería…. Porque en esta casa se come a las nueve estés o no estés. Esos son los precios que pagamos por vivir en la civitas, ese es el precio del animal político.
Ahora bien. El tema que me aqueja es el siguiente queridos amigos cibernautas errantes entre los usos horarios. En un mundo globalizado, el cambio de horario nos jode la vida práctica.
Cuando éramos solo una aldea, entre algunos nos poníamos de acuerdo y ahí estaba todo definido. El foráneo no tenía más que adaptarse a los usos y costumbres, el forastero se adaptaba o la frase de western decretaba, este pueblo es demasiado chico para ambos. (si bien el mundo a veces nos puede parecer chico, ni hablar los astrónomos lo que deben sentir de este planeta baladí, siempre dicho desde la comparación de planetas más grandes y con fenómenos realmente interesantes, “mais ce n'est pas ma profession”) y aquí radica este problema sin mas. La aldea globalizada corre con ciertas ventajas y con ciertas desventajas, la aldea globalizada no puede echar al forastero del pueblo porque ya lo abarcó todo, no queda mundo, no queda espacio, no queda resto….. claro….
¿Me hincha las pelotas?
Con un día nos acostumbramos a los cambios. Con un día salvamos la hora. Que increíbles somos jaja
Pero me producen malestar ciertos cambios. Me molestan los cambios.
Ahora con los queridos amigos de España por ejemplo tendremos +4 hs de diferencia, pero ustedes no se salvan de cambia las manecillas de reloj porque el 30 lo harán ustedes +5 y así, ahora confundiremos la hora del té con la hora de la comida.
Esto es por ahorrar en recursos naturales, está bien. No estoy en desacuerdo………………….. pero por favor. Acá en argentina pongámonos de acuerdo.
Alguien ¿me dice la hora?
2 comentarios:
Creo que el cambio de horario también nos afectó la cabecita no?
Al menos chateando sobre quesos...
Saluditos!!!
Simple... si Greenwich nos llevaba 3 horas y media... y nosotros ahora tenemos la hora de la costa de Brasil... menos media hora... resulta 2 horas y media menos q Greenwich... entonces calcula la ecuacion resultante y listo...!!! viste q facil...??? otra mas facil pero menos economica es el clasico 113... jaaaaaaaaa... chauuuuuuuuuu....!!!
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